¿Estás desaprovechad@?

Un escapulario de la Virgen del Carmen adorna su cuello. Pelo negro recogido en un moño, jersey holgado de cuello alto y falda hasta los pies. Hermosura que pasa desapercibida tras una estampa  que parece salida del NO-DO.

Cada mañana en un lugar, cada día un reto para ganarse el pan y cada venta un paso más para conseguirlo. Así es su vida, de mercadillo en mercadillo, de tenderete en tenderete y siempre a la sombra.

A cada propuesta, su marido la mira buscando aprobación y ella, con un gesto casi imperceptible, asiente o deniega la operación.

Parece estar a los suyo, pero no se le escapa detalle. Nunca usó ordenador, ni hojas de Excel y mucho menos Google Apps. Para manejar a la perfección los precios, márgenes, descuentos o rappel por volumen, sólo necesita mirar a los ojos para hacer las cuentas y saber si la propuesta es sincera.

Antes de hacer caja, ya sabe cuánto hay, cuánto género se ha quedado sin vender y cuanto tendrán que comprar al iniciar la jornada de mañana

Quizá lo tengamos al lado y no lo vemos, quizá seamos nosotros mismos y nos damos cuenta, pero si nos detenemos un solo minuto, podremos ver a nuestro alrededor gran cantidad de talento que se desaprovecha en la sombra.

Cambiaría mi fortuna por un ápice de su astucia. Si el domingo que viene vas al rastro y la ves, dile de mi parte que la admiro.


Joaquín Puerta


A ¡Estás desaprovechado!, Óscar Sánchez, Ed. Libros de Cabecera, libro que te da las pautas para orientar tu idea, propone ejemplos de negocios a emprender y aporta entrevistas y testimonios de emprendedores que se han salido con la suya. 
  
Foto: AlejoVega 

Te paso el inquilino moroso

Mi amigo David no tiene un pelo de tonto, es más, actúa de una forma muy inteligente, no en vano, vive de las rentas dedicándose a gestionar un patrimonio inmobiliario que él mismo creó.

Cuando la España en la que todos nos fiábamos de todos se convirtió en un sálvese quien pueda, David quiso poner un pie en la cautela a raíz de un par de malas experiencias que le hicieron perder un buen dinero, pero que le sirvieron de lección, una lección de esas que entran con sangre y no dejan que la mancha se borre.


Todo empezó cuando el inquilino de uno de sus locales dejó de pagarle. Unos meses de aviso y tras ellos el inicio de un procedimiento judicial. El inquilino se defendió como pudo, logrando retrasar lo inevitable, el desahucio. David hizo cuentas, no sólo estuvo quince meses sin cobrar, si no que los gastos que tuvo que asumir hizo ascender la cifra a un total de dos años de falta de ingresos. Si esto se repetía con los otros locales y viviendas que gestiona, supondría, sin duda alguna, la ruina segura.

David conocía el secreto para interpretar balances de vistazo, a partir de entonces se dedicó a pedir a cada posible inquilino de los locales, además de las garantías habituales, las cuentas de la empresa con el fin de comprobar su solvencia. Algunos se extrañaban, otros incluso de ofendían, pero como dice él, el que no quiere dármelos es que tiene algo que esconder, entonces no me interesa.

Cotejaba los balances que le daban con los que obtenía del Registro Mercantil para comprobar su veracidad y coherencia y, tras ello en un momento veía si esa empresa tendría desde un principio dificultades para pagar, de este modo evitó no pocos problemas que podrían haber sido fatales.

Visto el éxito de su actuación, dio un paso más y también quiso evitar los mismos problemas con los inquilinos de las viviendas a los cuales desde hacía tiempo les pedía acreditar la solvencia mediante la exhibición de las nóminas. Un contrato indefinido y una nómina aceptable eran antaño garantía suficiente para asegurarse el cobro del alquiler durante la vida del contrato, sin embargo, hoy en día, eso es papel mojado porque el contrato indefinido se convierte en finiquito con una facilidad pasmosa.

Así las cosas y avanzadas las negociaciones con un posible inquilino, a David se le ocurrió la genial idea revisar los balances de la empresa para la que trabajaba aquel sujeto y rápidamente se dio cuenta de que las posibilidades de que sus ingresos se redujeran o de que la carta de despido se cruzara en su vida eran bastante altas, lo cual implicaría el impago de las cuotas de alquiler y el problema entonces se trasladaría a David.

Me cuenta lo fácil que es detectar nóminas falsas que le han presentado al no ser coherente su importe anualizado con la cifra de gastos de personal de la cuenta de pérdidas y ganancias, o que la empresa lleva sin actividad varios años, o simplemente que la falta de solvencia hace peligrar los puestos de trabajo que mantiene.

Con todo, ni David, ni nadie está libre de que las cosas se tuerzan, pero él mismo se sorprende de lo sencillo que le ha sido aprender a interpretar las cuentas de las empresas y lo útil que le está resultando y como él mismo dice, que el problema del impago, lo soporte otro.
  

Joaquín Puerta
El libro “El secreto para interpretar balances de un vistazo” contiene numerosas historias como la de David a través de las cuales podrás desarrollar la habilidad de mirar todo lo que hay en las empresas a través de sus cuentas y lo convertirás en tu ventaja competitiva.




Foto: Tony Fischer       

¿Quién se lleva tu esfuerzo?

Se colaba sin permiso en su cabeza y le invadía el pensamiento de cuando en cuando, era un sueño que siempre estaba ahí por más que intentaba huir de él.  Ella simplemente trataba de apartarlo de su mente porque sabía que era inalcanzable, sin embargo, a veces regresaba más para atormentarla que para hacerla soñar.

Desde la tranquilidad de su sofá Ainhoa hojea a menudo revistas de decoración y jardinería, vive sola, tiene un trabajo normal, un novio que va y viene, un viejo gato que la recibe cada noche y una obsesión que de tarde en tarde se entromete en la paz de su vida.

Pero esta vez puede ser diferente, calculadora en mano Ainhoa hace números gordos y siente en la punta de sus dedos la posibilidad de ejecutar el proyecto que, aunque no lo tiene plasmado en papel, se encuentra dibujado en su cabeza hasta el más mínimo detalle.

Albañiles, electricistas, materiales, jardinería total, 25.000 € le separan de instalar en su jardín una piscina para ella sola, con unas cristaleras para poder utilizarla todo el año en el momento que desee, y una gran tumbona para pasar largas tardes leyendo.

La sola idea de conseguir el dinero le echa para atrás, son muchos los gastos de cada mes y bastante hace con lograr ahorrar algún dinerillo de vez en cuando por si las cosas se ponen feas.

Pero esta vez puede ser distinto, un amigo ha abierto un bar y le ofrece la posibilidad de trabajar las tardes de los sábados y domingos. La idea de hipotecar todos sus fines de semana no le seduce pero, en poco más de un par de años, a los sumo tres, habrá reunido el dinero suficiente para hacer su proyecto realidad.

Las cifras encajan y los plazos aparentemente también, pero a Ainhoa se le olvida algo, los presupuestos que está manejando de la obra no incluyen el IVA, por lo habrá de sumarle el 21%, luego el coste de se le incrementa a 30.250 €

Es no es todo, el salario como camarera se integrará en su renta, se sumará al resto de los ingresos lo que hará subir su base imponible. Teniendo en cuenta que el tipo de renta mínimo es del 24%, es muy fácil que sumando esta fuente de ingresos se vaya a un tipo marginal del 30%, entonces para lograr los 30.250 €, aunque sea en varios años, necesitará ganar 43.200 €, los 12.950 € de diferencia, también son para Hacienda.

En definitiva, para conseguir el dinero necesario y llevar a cabo un proyecto de 25.000 €, Hacienda se lleva directamente 18.300 €, un 73% más sobre el coste del proyecto, y esto sin contar con el aumento de tributación que sufre el resto de su renta, la licencia de obras, otros tributos y tasas.


Por lo tanto, el dinero que necesitará ganar para hacer realidad su sueño de 25.000 €, será  de 43.200 €, o lo que es lo mismo, renunciar a todos sus fines de semana durante cinco años


 ¿Y si financia la obra a través de un préstamo bancario para poder disfrutarlo desde ahora? Pues bastante peor, a los impuestos habría que sumarle los intereses. Un préstamo a 5 años de los 43.200 euros necesarios, financiados al 7,5%, supone un sumatorio de intereses de 8.700 €, total 51.900 €, o lo que le supondría seis años trabajando todos los fines de semana, de los cuales, tres lo estará haciendo para Hacienda y para el banco.




Ahora Ainhoa ya tiene la decisión clara.


Joaquín Puerta


Feria del Libro de Madrid
Próximo viernes 13 de junio de 2014, de 19 a 21 h
Caseta nún. 27 - UDL distribuciones
Firma de ejemplares de "El secreto para interpretar balances de un vistazo"   ¡os espero!


Foto de cabecera: Juan Felipe Rubio





¿Cuánto ganas?. Te lo doblo.

Alejando Sánchez estaba acostumbrado a conseguir lo que quería. En realidad no sé muy bien cómo, pero se las arreglaba de tal manera que al final lograba embaucar a quien fuera necesario para salirse con la suya.

En aquella ocasión estaba a punto de conseguir un descuento adicional sobre el que le correspondía a los clientes de su categoría y todo ello porque se había trabajado, con lloros y lamentos, una penosa historia acerca de la situación económica de su empresa.

Invocaba los años de relaciones comerciales que les unían y se lamentaba contando que sus clientes llevaban años acosándoles para bajar los precios, que los costes de producción  les comían, que se había visto obligado a despedir gente, en definitiva, un panorama que enternecía al más duro negociador.

Pedro también estaba sentado en aquella mesa, no había dicho palabra en toda la reunión, al fin y al cabo aquella negociación le correspondía a su jefe, él sólo era un vendedor con la capacidad de negociación limitada.

Contempló la escena durante un buen rato, por alguna razón le pareció que el cliente estaba montando un numerito y su jefe se estaba tragando el anzuelo. Miró por la ventana y vio en las plazas del parking para las visitas un único vehículo aparcado, Porsche, matrícula HSM, sin duda debía de ser el de Alejandro.

Sin abrir la boca alargó el brazo y cogió el expediente que sostenía su jefe, lo abrió y saco las cuentas  del cliente. Lo que me temía, pensó.

En la cuenta de pérdidas y ganancias confirmó que el beneficio neto de su empresa había mermado, tal y como les estaba contando Alejandro, sin embargo vio que las ventas se mantenían estables, aumentaba el margen bruto y también aumentaban los  gastos generales de explotación. O no era cierta la historia que estaba contando, o había compensado los recortes que decía que se había visto obligado a hacer con un aumento de gastos en otras partidas, es decir en sus propias retribuciones, bien dinerarias, bien en especie. Pedro tomó la palabra:

- Alejandro, nos dices que la situación económica de tu empresa es lamentable debido a las presiones de tus clientes para reducir los precios, sin embargo tus cuentas nos hablan de un mantenimiento de la cifra de negocio y un aumento del margen. Nos estás pidiendo un descuento especial basándote en los duros recortes que te has visto obligado a hacer en los gastos de personal. Supongo que eso te ha funcionado con otros proveedores y ahora lo estás intentando con nosotros.

Su jefe se había quedado estupefacto, tenía la cara de aquel pardillo al que habían estado a punto de desplumarle. ¿Cómo sabes todo eso tan sólo con echarle un vistazo a las cuentas?

En la sala se hizo un silencio absoluto, un minuto es mucho, pero estoy seguro  de que nada se oyó durante ese tiempo, hasta que el cliente lo rompió dirigiendo se a Pedro y  dijo:

-¿Cuánto ganas?,... te lo doblo.


Joaquín Puerta
Consigue ya descubrir de un vistazo lo que esconden las empresas


Foto: order_242