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Crónica de una muerte… esperada

Como ver el cañón y quedar paralizado esperando el disparo sabiendo que se acerca el fin y permanecer quieto, inmóvil, sin hacer nada para evitarlo. El proceso siempre es el mismo, un deterioro paulatino del balance y finalmente la chispa, un hecho desencadenante que dicta el comienzo del fin.

Un impago inesperado, esa mala campaña de rebajas, la no renovación de una póliza de crédito o cualquier otro imprevisto que trastoque la liquidez del negocio y los síntomas se empiezan a hacer visibles. Este trimestre aplazamos el IVA, pedimos un préstamo para pagar otro, retrasamos el pago de las extras. El veneno se ha extendido.

Las empresas no cierran porque tengan pérdidas, las empresas cierran porque no pueden pagar. Intereses de demora, restricciones en los servicios, proveedores descontentos, trabajadores inseguros y, finamente, los temidos embargos que terminan de paralizar la actividad.

Sólo decisiones quirúrgicas y valientes podrían haber salvado la situación, decisiones que probablemente yo tampoco me atrevería a tomar si estuviera en el pellejo de quien ha de tomarlas. Pero no hacerlo es dejarse caer al precipicio de la lenta agonía, mucho más dolorosa y sin vuelta atrás.

Como en la novela de García Márquez "El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5,30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo". Todos sabían que iba a morir, todos, menos Santiago. A veces es imprevisto e inevitable, pero otras se veía venir, sólo había que haber leído a tiempo los balances, lo venían diciendo a gritos.

Cuando veas este síntoma,




o este, 


o los bancos mes a mes ganen con tu empresa más que tus socios, piensa que algo malo pudiera estar pasando. Es el momento de actuar, siempre antes de que llegue el hecho desencadenante, si no, puede ser demasiado tarde.


Joaquín Puerta



Foto: Rubén Díaz 

Cuentas manchadas



Impresiona encontrar en un recoveco del programa de contabilidad una serie de partidas que no están integradas. Sorprende preguntar por ellas y recibir respuestas vagas. Ocho años en la compañía y Pedro creía conocer todos sus rincones, pero resulta que cuando accede al Consejo se encuentra más secretos escondidos de los que esperaba.

Tras indagar por aquí y por allá, preguntar a unos y a otros, descubre finalmente que en la empresa existe una contabilidad “B” de la que ahora él es responsable.

Entre las grandes ideas de Pedro al acceder a la gerencia de la empresa, se encuentra la de acabar con un estilo de direcciónarcaico, rígido y totalmente vertical. Desterrar ciertas prácticas de la antigua directiva era su deseo número uno desde que aspiraba al puesto, pero encontrar un lado oscuro en la contabilidad resultó el colmo de lo que espera encontrar.

Nada menos que un 5% de las ventas de la empresa se estaban realizando a espaldas de todos y sólo un puñado de personas lo sabían. Un 5% de las ventas que iba directamente a una caja y era utilizado para pagar sobresueldos de algunos socios directivos, ciertos gastos personales y prebendas, así como a tapar algunas bocas, como la del propio encargado de esta contabilidad o el responsable del almacén.

Aparte de estar cometiendo un delito contable y fiscal, la existencia de una contabilidad “B” causa un grave perjuicio a la empresa ya que, en primer lugar, desvirtúa las cuentas de la misma de tal modo que el análisis de la situación y las decisiones a tomar en base a las conclusiones obtenidas van a resultar erróneas.

Por otro lado, las contabilidades en negro siempre perjudican a la empresa porque detraen ingresos de ella, pero si se llevan a cabo es porque benefician a alguien, unas pocas personas que se lo están llevando sin dar explicaciones, ni tributar por ello. Volvemos a lo de siempre, se perjudica a muchos para beneficio de unos pocos.

Finalmente, una contabilidad “B” conlleva varios riesgos, además del riesgo principal ya que constituye un delito, existe el riesgo de que alguna partes implicadas no esté de acuerdo con el reparto o bien, simplemente, no se fíen de quien lo maneja. Entonces empiezan las luchas y los chantajes de los que quien seguro sale perdiendo es la propia empresa.

Ahora a Pedro le espera la ardua tarea deacabar con esta práctica, sabe que se va buscar enemigos, que sería más fácil y rentable para él entrar en el juego y llevarse una parte, pero está decidido a cumplir su misión, construir una compañía sólida y transparente presidida por unos valores firmes basados en el esfuerzo y la responsabilidad solidaria.


Joaquín Puerta

Descubre los secretos que encierran las cuentas de lasempresas, sólo tienes que aprender a buscarlos y se convertirá en tu ventaja competitiva.

Foto: bilobiclesbag