Regálanos tu despertar


Entre ser rico o buena persona, sin duda, yo también elegiría lo mismo. Pepe siempre lo tuvo claro, me comenta que empezó montando un negocio para hacer felices a los demás, y cuando quiso percatarse, en su cuenta había más ceros de los que sabía contar.

Ver la cara de emoción de la gente, la mirada de agradecimiento o el gesto sorprendido de alguien que no espera  un trato amigo, no se paga con dinero. A su hotel, en pleno casco urbano de la ciudad, han acudido turistas, hombres y mujeres de negocios, concentraciones deportivas, incluso famosos y alguna que otra personalidad.  Para él todos han sido especiales y así es como les ha hecho sentir.

Ahora, jubilado, mira los toros de la barrera y ve con preocupación cómo la caída de los precios merma los márgenes hasta el punto de que es necesario trabajar, no para ganar dinero, sino, para no perder la inversión.

Pero esta situación a Pepe no le amedranta, si el  mercado cambia, entonces habrá que variar el modelo de negocio hacía el ofrecimiento de un servicio más básico, con unos costes más ajustados.

Pero, por mucho que cambie el escenario a nivel empresarial, por mucho que la crisis ahogue los bolsillos, Pepe sabe que hay cosas que nunca cambiarán, que las personas agradecemos en el alma una sonrisa sincera, que podemos llegar a considerar un hotel nuestro propio hogar cuando nos sentirnos especiales y, si se logra, al final deja huella en la cuenta de resultados.

Porque los negocios no son fríos, funcionan mejor cuando se revisten de pasión, de entusiasmo y de calor, incluso de un halo de misterio novelesco. Pepe siempre imaginó que los sueños de las personas que pasan por sus habitaciones quedan atrapados entre las paredes del hotel. Quiere pensar que su casa está repleta de sueños, unos cumplidos otros por cumplir, pero él quiere encargarse de que todos ellos sean felices.

Y de este modo nuestro protagonista aprendió que el primer principio de la empresa es defender el margen, la diferencia entre el precio de venta y el precio de coste. El margen supone el primer paso para conformar el beneficio, la fuente en la se fundamenta el negocio y defenderlo supone vigilar muy de cerca los costes y, sobre todo, dar más de lo el cliente espera, entonces, pagará satisfecho.


Nunca olvidará la cara de la primera persona a la que miró a los ojos al tiempo que le entregada la llave de su habitación y le dijo, "regálanos tu despertar".


Joaquín Puerta para villaviciosadigital.es 

Foto de cabecera: Eyeliam